Defensa espiritual de Jose Mari: Contra batallistas culturales.
DAR LA BATALLA CULTURAL se ha convertido en el meme favorito de cierta derecha liberal, muy confundida con la propia naturaleza y esencia de las ideas por las que creen abogar.
Esta derecha, simplemente afirmando el hecho de la existencia una “batalla en la cultura” es forzada y arrinconada a pensar en el Mundo y la realidad humana en términos del materialismo dialecto Marxista, la planificación social de las tesis gramscianas o las de la biología, propias del bioleninismo más puntero. En todos ellos la realidad es algo “sujeto” al sujeto, sometido al hombre y su entorno de acción y poder, relegando a la tradición y la forma del Laissez-Faire clásico al subjetivismo egoista de la voluntad del hombre y su poder, digno de una Facultad Francesa post-sesentaiochista.
Sin duda vivimos en la época del poder y la voluntad de poder sin cortapisas, con frecuencia me rio de del autoritarismo de ciertos regímenes del siglo XX, sino, observen el estado de las conciencias en Occidente y echen un vistazo despues al Imperio de Xi Jinping al Oriente. El poder ha rebasado los limites divinos que lo contenian, sin balance ni contrapoder a la vista, esta realidad estupida de las “batallitas de ideas” y “batallitas culturales” se impone como paradigma, cuando no debió nunca salir de los debates de cafetería entre chavales de 20 años.
Lo que debe hacer el hombre que desee luchar por el bien es exactamente, Nada a priori. Vivir su vida, santificar su trabajo, cuidar de su familia y de su entorno, natural y social, sin callar cuando se le pregunte, pero sin hablar cuando no es solítico. Pero desde luego, sin dar la murga, particularmente en el mundo virtual. Es fútil. De risa.
¿Cuánto no hemos arremetido contra la “derechita” que dejó la educación y las universidades en manos de las fuerzas del mal, vendidas a las ideas satánicas del feminismo o teorías de sospechosa decencia moral, para encargarse de las grandes finanzas y asuntos de la política internacional? Ay, Josemari… Eso era justamente lo que debía de hacer un estado de hombres hechos y derechos en el zeitgheist del dinero, y no lloriquear con batallitas que no existen.
